Brote de peste porcina africana en Cataluña y repunte gripal preocupan a España

España vive estas semanas una situación compleja en torno a las enfermedades vinculadas al cerdo, marcada por dos frentes que conviene no mezclar: la gripe porcina (un tipo de gripe A H1N1 de origen porcino que puede, en casos muy puntuales, saltar a humanos) y la peste porcina africana, una enfermedad devastadora para los cerdos pero que no se transmite a las personas.

En cuanto a la gripe porcina, el virus H1N1 de origen porcino forma hoy parte del “paisaje” habitual de los virus gripales que circulan en el mundo. En España se han detectado solo casos humanos esporádicos relacionados con la exposición profesional a cerdos, como el notificado a la OMS en enero de 2024 en un trabajador de una explotación porcina en Lleida, el tercero registrado en el país desde 2008. La OMS considera que, en el contexto actual, el riesgo para la población general es bajo y no recomienda restricciones especiales de viajes o comercio.

El problema es que estos casos llegan en una temporada gripal muy intensa: España ha entrado ya en fase epidémica de gripe, con un aumento notable de ingresos hospitalarios y presión asistencial, en un escenario donde el subtipo H1N1 sigue teniendo un peso relevante dentro de los virus circulantes. Aunque la mayoría de los cuadros se comportan como una gripe “convencional”, el recuerdo de la pandemia de 2009 —popularmente bautizada como gripe porcina— mantiene la sensibilidad social muy alta.

Paralelamente, el país afronta el primer brote en más de 30 años de peste porcina africana (PPA) en jabalíes, detectado en el entorno del parque de Collserola, en Cataluña. Esta enfermedad no es una gripe: es un virus distinto, con una letalidad muy elevada para cerdos y jabalíes, pero que no afecta a los humanos ni por contacto directo ni por consumo de carne. Aun así, el impacto económico es enorme: España es uno de los mayores exportadores de carne de cerdo del mundo, y varios países han reaccionado restringiendo importaciones mientras Bruselas y las autoridades españolas refuerzan las medidas de contención.

Esta coincidencia de términos (“gripe porcina”, “peste porcina”) alimenta confusiones y, con ellas, miedos infundados. Los expertos insisten en dos ideas clave: por un lado, que la carne de cerdo que llega al consumidor pasa por estrictos controles veterinarios y es segura; por otro, que la gripe porcina se transmite por vía respiratoria entre personas y animales, no a través de la ingesta de productos porcinos correctamente manipulados y cocinados.

Cómo protegerse frente a la gripe porcina (y a la gripe en general)

Las recomendaciones para reducir el riesgo de contagio de gripe porcina H1N1 —y de la gripe estacional en general— son bien conocidas, pero cobran especial relevancia en un contexto de alta circulación vírica:

Vacunación antigripal

• La vacuna de la gripe estacional incluye habitualmente variantes de H1N1 y es la principal herramienta para reducir complicaciones graves, especialmente en mayores, personas con patologías crónicas, embarazadas y personal sanitario.
• Siga siempre las recomendaciones de su comunidad autónoma y consulte con su médico de referencia.

Higiene respiratoria y de manos

• Cubrirse boca y nariz con pañuelo desechable al toser o estornudar y desecharlo inmediatamente.
• Lavarse las manos con agua y jabón o soluciones hidroalcohólicas, especialmente después de toser, sonarse o estar en transporte público.
• Evitar tocarse ojos, nariz y boca.

Ventilación y uso de mascarilla en entornos de riesgo

• Ventilar con frecuencia espacios cerrados, hogares, aulas y oficinas.
• Valorar el uso de mascarilla en interiores concurridos, transporte público o centros sanitarios, especialmente si se pertenece a un grupo de riesgo o se presenta sintomatología respiratoria.

Distancia y autoaislamiento cuando hay síntomas

• Evitar acudir al trabajo, al colegio o a actos multitudinarios si se presentan fiebre, tos, malestar intenso o dificultad respiratoria.
• Reducir el contacto con personas vulnerables mientras duren los síntomas.

Precauciones específicas para quienes trabajan con cerdos

• Usar equipos de protección (mascarilla, guantes, ropa de trabajo específica) en granjas y mataderos.
• Extremar las medidas de bioseguridad: control de accesos, limpieza de vehículos, desinfección de instalaciones.
• Ante síntomas gripales, informar al servicio de prevención o al veterinario responsable y, si es necesario, acudir a los servicios sanitarios.

Consumo seguro de carne de cerdo

• La gripe porcina no se transmite por consumir carne de cerdo adecuadamente cocinada; el virus se inactiva a temperaturas de cocción habituales (alrededor de 70 ºC).
• Evitar productos de caza no controlados (por ejemplo, carne de jabalí sin inspección veterinaria), tanto por la PPA como por otros riesgos zoonóticos.

En resumen, España no se encuentra ante una nueva pandemia de gripe porcina, pero sí ante un escenario en el que confluyen una temporada gripal intensa, casos humanos aislados de virus de origen porcino y un brote de peste porcina africana con fuerte impacto económico. La clave, según subrayan las autoridades sanitarias, pasa por dos ejes: mantener la calma y reforzar las medidas de prevención básicas, tanto en la población general como en el sector ganadero. Ante síntomas compatibles con la gripe o dudas concretas, la recomendación sigue siendo la misma: acudir a los servicios de salud y seguir las indicaciones oficiales.

Fuente: Twitter UME