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Viviendas compartidas entre mayores

Desde hace un tiempo, han ido surgiendo todo tipo de alternativas de convivencia para paliar la soledad, compartir gastos y, en definitiva, intentar mejorar la calidad de vida. La covivienda se configura desde hace tiempo como una alternativa a las residencias geriátricas, pero ¿qué pasa con las personas mayores que viven solas en sus hogares y no quieren salir de su entorno, de su barrio?


No es una invención reciente que los jóvenes estudiantes convivan para compartir gastos y, por cierto, experiencias de vida y amistad. Y dado el precio actual de la vivienda, muchos jóvenes que ya han abandonado los estudios siguen compartiendo vivienda, sobre todo en los centros urbanos.

Casi dos millones de personas mayores viven solas en España

Y casi el 60% de ellos expresan sentimientos de soledad y aislamiento, según encuestas realizadas por IMMSERSO. También es común que muchas personas mayores tengan dificultades para pagar el costo de la vivienda y los suministros, tanto de alquiler como de propiedad. En este contexto, parece inevitable buscar formas de compartir una vivienda.

El Programa Hogar y Café de la Fundación Pilares, financiado por el Departamento de Políticas Sociales y Familiares de la Comunidad de Madrid, es un ejemplo que busca dar solución a estas circunstancias. Consiste en dos o más personas mayores de 60 años que comparten casa (propia o alquilada), una de las cuales es el dueño de la casa; También existe la alternativa de que varias personas alquilen una casa juntas para compartir.

Lo normal es que los dormitorios sean privados y el resto de habitaciones (salón, cocina, baño) sean compartidos. El plan de vida se establece de forma conjunta entre las personas que deciden compartir la casa, atendiendo a sus gustos y preferencias, mediante un convenio pactado que incluye las normas de convivencia, gastos compartidos, tareas del hogar, horarios de descanso, mascotas.
La Fundación, además de organizar el contacto entre las partes, ofrece asesoramiento, apoyo personal y acompañamiento constante. Los beneficios son obvios, ya que en muchos casos permiten que las personas sigan viviendo en su propio hogar y entorno, incluso si tienen algunas dificultades económicas. También te permite sentirte más seguro y acompañado y tener un mayor apoyo emocional.

El programa Fundación Pilares está abierto a personas mayores de 60 años, residentes en la Comunidad de Madrid y que se mantengan independientes para realizar las actividades de la vida diaria. Deben tener casa propia o alquilada, compartirla con uno o más ancianos o estar interesados en mudarse a una casa compartida con uno o más ancianos.

La Fundación facilita el contacto entre personas, asesora en la definición de las reglas de convivencia y en la resolución de aquellos conflictos que la convivencia pueda ocasionar. En otras comunidades autónomas también existen programas similares, dependientes de fundaciones u organizaciones locales o regionales.

Es normal que, en principio, la idea de convivir con otras personas, a las que apenas conocemos, genere ataduras y algunos miedos. Sin embargo, si estamos cansados de vivir solos, compartir casa con una o más personas de la misma generación puede traer muchos beneficios a la vida, como: poder establecer nuevas relaciones y amistades, compartir gastos, saber que hay alguien con quien casa con cualquier contratiempo o algo tan simple como tener siempre a alguien con quien tomar un café. Además, este programa también puede involucrar a personas que ya se conocen o son amigas y quieren dar el paso de compartir un hogar.

Vivir con otras personas es un desafío para cualquier persona, independientemente de su edad. Lo bueno del programa Hogar y Café es que tú eliges libremente con quién quieres compartir tu hogar, para que puedas seguir viviendo a tu ritmo, porque la vida siempre es mejor en compañía.


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